Y cada uno en su mente va montando espirales de vida consumida por el tic-tac de la espera.
Aspira hondo, y el aire, que tu boca calienta, llega a los pulmones; te guardas el oxígeno y expulsas un aliento inútil, lo dejas escapar...y se enfría más rápido que mi corazón.
Tras segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y año solo hemos conseguido mantener una gota del comienzo y la conservo en mis húmedos ojos y se conserva en los tuyos cada vez que te miro fijamente en ese silencio de una tenue lámpara, de unas pestañas encadenadas, de una espiral mal construida.