Prólogo
Estaba sentada en el borde de la piscina. Su mente no estaba con ella, respirando el Sol y sosteniendo su corazón...Por un momento la cordura se deshizo de las cadenas y se le pasó por la cabeza sumergirse en el agua y no volver a salir, tal vez salir para ser ver a sus familiares llorar en su entierro pero no para seguir esta farsa.
Le estaba engañando la vida, la gritaba, le aconsejaba lo que no debía hacer, la destruía su camino; andaba y anda perdida e inundada de confusión.
Busca ayuda en su soledad, espero que la encuentre porque nadie quiere que haga nada de lo que pueda arrepentirse, de momento piensa continuar con lo que tenía pensado desde hacía 10 meses, si no funciona...querrá irse muy lejos de aquí.
El amor ha hecho que duerma sobre juncos punzantes durante todo el período en el que no debería ser ella quien sufriera sino a quien le había hecho daño.
Es extraño y egoísta pensar que su vida es peor que la de cualquier otro....hasta que no viva algo peor no echará de menos esta.
Se tiró a la piscina y se dejo llevar por el agua, flotando y sintiendo su cuerpo lejos de suelo firme. El agua siempre la relajaba y bucear la separaba de la realidad durante unos minutos. Le encantaba la sensación de ser otra persona cuando entraba en su elemento.
Y más ahora que su cabeza estaba descolocada pero seguía siendo la misma...necesitaba cambiar su punto de vista y quererse más.
No soporto que sea capaz de romper con la teoría del cambio.
Lástima que sea invierno en mi humilde lucha por querer vivir...
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